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Teletrabajo y conciliación, un arma de doble filo para las mujeres

La flexibilidad no debería ser una preocupación exclusivamente femenina

GETTY IMAGES

El teletrabajo forzado que se ha dado en muchas empresas como medida de prevención ante la pandemia de coronavirus ha obligado a reconfigurar las organizaciones familiares. A pesar de lo duro del confinamiento y de las complicaciones derivadas de trabajar en el mismo espacio –y con las mismas personas– en el que se vive, este sistema también busca ser, sobre todo una vez se recupere la normalidad, una herramienta para la conciliación. Un instrumento útil que, sin embargo, también tiene un impacto –positivo y negativo– en la brecha de género.

Sobre todo ello se debatió este martes durante la mesa redonda sobre Diversidad de Género. I&D como palanca en tiempos de incertidumbre, en el marco del festival Dive In, organizado por Willis Towers Watson. La socia de derecho laboral de DLA Piper, Paz de la Iglesia, defendió que en estos meses ha habido un gran avance en materia de corresponsabilidad, pues el hecho de que se vieran entornos familiares o, incluso, se colaran los niños pequeños en las videollamadas, ha vuelto a todo el mundo más sensible sobre estos temas. Un paso que la abogada consideró fundamental porque las carencias en materia de igualdad son más una cuestión mental que legal, ya que las leyes que la regulan existían con anterioridad. “Siempre se ha dicho que el Derecho va por detrás de la sociedad, pero no, a veces es la legislación la que impulsa estos cambios”, alegó en relación a las normas aprobadas en marzo de 2019, entre las que destaca la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad.

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A pesar de ello, Carmen Corbatón, directora de personas y cultura en tecnologías de la información, relaciones laborales y diversidad e inclusión de AXA, recordó que la situación no ha sido igual de positiva en todos los hogares. “En entornos más tradicionales y menos favorables, algunas mujeres se han podido ver sobrepasadas y sometidas a un triple trabajo al no poder salir tanto de casa”, observó la directiva.

El confinamiento hizo que el teletrabajo fuera la norma en lugar de la excepción, tanto para hombres como para mujeres, pero el peligro, según expuso la portavoz de la aseguradora, es que, una vez que se recupere a la normalidad, esta herramienta quede como un tema exclusivamente femenino. Un problema sobre el que también incidió De la Iglesia, quien reconoció que, a pesar de sus ventajas, el teletrabajo también puede ser un arma de doble filo para ellas. “Parece que las medidas para mejorar la conciliación siempre van destinadas a las mujeres. Me da miedo que no se implemente de manera equitativa y que, por tanto, repercuta en un mayor aislamiento de la mujer”, continuó.

La evolución de la crisis fue otro de los bloques sobre los que trató el debate. En este sentido, la directora general de QBE, Patricia Puerta, se mostró especialmente preocupada por las mujeres que se encontraban de baja por maternidad, desempleadas o a punto de iniciarse en el mundo laboral en el momento del confinamiento. “Si esto se mantiene en el tiempo, la situación podría disuadirlas de emprender o desarrollarse profesionalmente”, justificó. Por eso las expertas hicieron hincapié en que no se debe continuar retrasando esta transformación. Así lo apuntó Corbatón, para quien uno de los elementos positivos que ha tenido esta crisis es la velocidad con la que se están implementando los cambios. “Parece que siempre que hablamos de instaurar algo nuevo, automáticamente pensamos en años. Antes muchas empresas hablaban de teletrabajo y flexibilidad horaria como un plan a tres años, ahora hemos visto que se ha podido desarrollar en días”, manifestó la experta, quien cree que esta agilidad también debería notarse en materia de igualdad.

Culpabilidad

Además de las trabas laborales y sociales, Puerta alertó sobre la hiperresponsabilidad de la mujer sobre su vida personal y familiar. “Tenemos que quitarnos de encima ese sentimiento de culpabilidad por querer llegar a todo. Es imposible llegar a todo”, reconoció. También De la Iglesia apoyó esta reivindicación: “Yo prefiero que mis hijos me tengan como referente por ser una persona dedicada en el trabajo a que esté exclusivamente con ellos. Renunciar a mi carrera no sería positivo ni para mí ni para ellos”.

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