“Yo no me sentí cesado por el 155”. El exconseller de Territori i Sostenibilitat Josep Rull –que durante un día antes de ser cesado también lo fue de Empresa en sustitución del dimitido Santi Vila– ha aprovechado su comparecencia en la comisión del 155 para reivindicar el ejercicio de defensa que ambos departamentos llevaron a cabo durante los ocho meses de intervención de la Generalitat.
“Ejercí de conseller y pude despachar las decisiones importantes durante los meses que estuve en libertad”, ha explicado Rull, que entre principios diciembre de 2017 y finales de marzo de 2018 fue excarcelado, un periodo durante el cual, ha señalado, se citó con altos cargos de ambas conselleries para abordar una estrategia general de resistencia frente al 155.
Más allá de nuestras convicciones entendimos que la prioridad eran los ciudadanos”
De hecho, ensalzó el papel de los altos cargos de los dos departamentos como “dique de contención” del, a su juicio, “Govern legítimo” contra la intervención del Gobierno central. “Más allá de nuestras convicciones entendimos que la prioridad eran los ciudadanos”, ha argumentado.
Sin embargo, Rull ha admitido que el 155 viró la dirección de sus departamentos. “Teníamos miedo que nos desballestaran nuestras políticas”, ha apuntado Rull, antes de explicar que si bien “no las cambiaron, sí que las torpedearon”.
Para muestra, ha expuesto Rull, la ley catalana contra el cambio climático, contra la que la Moncloa presentó recurso sin que la Generalitat del 155 se personara. “Durante todos esos días de ignominia hubo en los departamentos simbología que demostraba su discrepancia”, ha contrapuesto, a título de ejemplo.
Los que perpetraron el 155 evidenciaron que les era indiferente el bienestar de los 7,5 millones de catalanes”
En una comparecencia de carácter más técnico, Rull se apoyó en ejemplos de distintas políticas para denunciar los efectos de la aplicación del mentado título de la Carta Magna. Otro caso fue el del decreto de traslado de sedes sociales, “un ‘a por ellos’ en versión normativa que después no tuvo efecto pese a su intención de hacer daño”.
“Vimos que no había límites, que los que perpetraron el 155 evidenciaron que les era indiferente el bienestar de los 7,5 millones de catalanes”, resumió el extitular de Territori, acompañado por el conseller actual del ramo, Damià Calvet, y la consellera de Empresa, Àngels Chacón, en una sala donde también estaba presente su mujer, Meritxell Lluís.
En cualquier caso, Rull ha advertido que “el 155 no es un elemento puntual, quirúrgico, sino una actuación de represión del Estado que continúa hoy”. “Es la representación más descarnada de la incapacidad del Estado por su incapacidad de afrontar un pleito democrático”, ha seguido antes de recoger los casos de los referéndums de autodeterminación de Escocia y el Quebec para aplaudir la valentía de Gran Bretaña y Canadá: “Los fuertes pactan, los débiles imponen”, ha concluido.
Josep Rull llegando al Parlament
En este sentido, y pese a querer transmitir un mensaje en positivo, o “un orgullo legítimo de lo hecho”, según ha dicho, el exconseller ha denunciado la “anormalidad” de su situación y la del resto de presos y expatriados.
“Hoy estamos aquí con corbata y la insignia de consellers del Govern legítimo, pero esta apariencia de normalidad no existe en nuestras vidas cuotidianas porque estamos en prisión por defender unas ideas legítimas y democráticas”, ha censurado.
Tanto es así que ha pedido a todos que entren al detalle de las condenas -la suya es de 10 años y medio por un delito de sedición “por no permitir que atracara un barco en Palamós”, en sus palabras-.
“No es normal que nos condenen por esto”, ha afeado, antes de situar el que a su juicio es la clave de los encarcelamientos: “Los consellers que dejaron la política o fueron condenados a prisión, los que seguimos en política sí. Es la única diferencia y es una vergüenza”, ha recriminado, en un mensaje que Esquerra también ha hecho suyo en el turno de preguntas.
El exconseller ha hecho autocrítica y ha subrayado que “el 1-O hubo demasiado catalanes que no se sintieron como propias las urnas pese a la fuerza extraordinaria de esa jornada
Como ejemplo, el exconseller de Territori ha retrocedido hasta la constitución de las Cortes de la pasada legislatura española, cuando fue diputado electo por JxCat, para relatar el que ha definido como uno de sus momentos “más vergonzosos” vividos en política.
“Al acabar la sesión, nos hicieron quedar dentro del hemiciclo y la policía entró dentro a desalojarnos. ¿Alguien se imagina la policía entrando en Westminster o la Asamblea francesa a quitar cargos electos? Fue la primera decisión de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que después nos suspendería por una rebelión que no ha sido y no ha pedido excusas”, ha recriminado Rull para hacerse una pregunta: “¿La unidad de España vale pisar tantos derechos y libertades? ¿Lo vale todo?”.
Rull ha cerrado su comparecencia con un mensaje que ya ha repetido en varias ocasiones: “Nos mantendremos firmes y serenos porque esta ola de libertad y esperanza no se puede frenar, no hay suficientes cárceles para encerrar el anhelo democrático de un pueblo que quiere ser libre”.
Comisión de investigación del articulo 155. Comparecencia de Josep Rull.
Con todo, antes, y en la misma línea que el exconseller Joaquim Forn, ha asegurado que volvería a actuar como lo hizo en otoño de 2017. “Sí, pero en muchos aspectos mejor”, ha matizado. Y es que Rull cree que se debía “llegar hasta el muro para saber qué caminos son posibles y cuáles inviables”.
Por ejemplo, el exconseller ha hecho autocrítica y ha subrayado que “el 1-O hubo demasiado catalanes que no se sintieron como propias las urnas pese a la fuerza extraordinaria de esa jornada”.