Gloria o fracaso. Puerta grande o enfermería. Así afronta el Real Madrid la final de esta noche en Kiev ante el Liverpool. Los blancos pueden encadenar tres Champions consecutivas, algo que convertiría a este equipo en leyenda, o acabar la temporada sin levantar un título importante. Sí, porque no hay que engañarse, las Supercopas y el Mundial de Clubs no son argumentos suficientes o al menos creíbles para salvar una campaña sea el equipo que sea.
El Real Madrid, por lo tanto, tiene la última bala en el cargador para que fracaso no sea el calificativo que acompañe a la campaña blanca. Y será así, a pesar de que Zidane y algunos de sus jugadores ya han dicho que no se puede calificar de fracaso la temporada del Real Madrid si no gana esta noche la Champions. Para ellos, llegar a la final poco menos que justifica, que salva la temporada, pero a los ojos de los aficionados no será así. Ver como el Barça ha ganado el doblete y el Madrid se queda sin nada, no es plato de buen gusto para ningún seguidor merengue por muy bien que se lo quieran vestir.
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El Liverpool es el encargado de que ese fracaso blanco no se haga realidad y aunque las apuestas le den como perdedor, lo cierto es que los ingleses se encuentran cómodos en ese papel de víctima. Las alabanzas de Klopp al Madrid y a Zidane podrían incluso molestar a alguien, pero viendo los precedentes del alemán, todo suena a estrategia para que toda la responsabilidad caiga en el Real Madrid. El Liverpool hace 11 años que no llega a una final de la Champions y no quiere desaprovechar la ocasión de reverdecer viejos laureles. Para intentarlo, cuenta con su tridente mágico: Salah, Mané y Firmino. Los tres hombres decisivos del equipo inglés, aunque todos los ojos están en el egipcio Salah que esta temporada está sorprendiendo a todo el mundo. Ahí está la fuerza de un Liverpool que, sin embargo, muestras dudas atrás.
Las dudas de Zidane
Hablando de tridentes, el Madrid tiene a la BBC que ya no tiene la vitola de ser intocable. O sí que lo es porque aunque parezca improbable por no decir imposible, no habría que descartar que la Bale, Benzema y Cristiano saliesen de inicio esta noche en el césped del Olímpico de Kiev.
Zidane ha estado esta semana entrenando algunos días con un 4-3-3, con la BBC en el equipo, pero todo indica que no irán por ahí los tiros ante el Liverpool. Y es que se antoja complicado que Isco no juegue esta noche, como también lo parecía hace nada ver a Benzema en el banquillo, pero por ahí van las dudas de Zidane. No con Isco, si no con el delantero francés.
Bale ha reaccionado a lo grande y llega a la final en un gran momento de forma física y rearmado moralmente gracias a sus goles en los últimos encuentros. Ahora, habrá que ver si Zidane apuesta por sentar a Benzema y poner a Bale o apostar por el once de Cardiff, con Isco y el francés. Un once que está llamado a entrar en la historia de la Champions o hacer de la temporada blanca un fracaso. Todo eso en 90 minutos en Kiev.