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Pedro Sánchez condiciona el pacto a que Pablo Iglesias juegue un rol principal

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Es su gran «línea roja» para negociar unos Pactos de La Moncloa. El PP no ve coherente un gran acuerdo con Podemos en el Gobierno

Pedro Sánchez condiciona el pacto a que Pablo Iglesias juegue un rol principal

El guante que ha lanzado el Gobierno para llegar a «un gran acuerdo de país» ha revolucionado el tablero político en plena lucha contra la pandemia del coronavirus. Mientras los principales partidos de la oposición y los socios del Ejecutivo recelan, La Moncloa comienza a construir su «relato» para dotar de un componente épico al intento de llegar a un consenso transversal, más allá de las ideologías.

Pero, claro, la presencia y la influencia de Unidas Podemos en el Ejecutivo dificulta notablemente la posibilidad de llegar a acuerdos entre los dos grandes partidos, el PSOE y el PP. Por eso, el núcleo duro de Pedro Sánchez ha diseñado una estrategia sobre la reedición de los Pactos de La Moncloa, que pasa por una condición: sin Pablo Iglesias, no habrá acuerdo.

Hay «una línea roja», confirman a EL MUNDO fuentes gubernamentales: no exigir que el acuerdo deje fuera a Unidas Podemos, o incluso implique la salida de los ministros morados del Ejecutivo. Dejar fuera al socio de coalición del PSOE es algo que ha reclamado Faes, la fundación de José María Aznar -que es muy cercana a Pablo Casado-. Su argumento es que la formación de Pablo Iglesias representa «la antítesis» de esos consensos alcanzados en 1977, y que, además, «se ha convertido en una amenaza para el sistema democrático».

La portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo (que es patrona de Faes), suscribió ayer ese argumento y dijo que no le parece muy coherente la idea del Gobierno de proponer un gran acuerdo nacional teniendo a Podemos y a Iglesias dentro del Ejecutivo. «Es una lástima que el señor Iglesias no sea Carrillo», sino que «trabaje para todo lo contrario» que aquél, para la erosión del sistema, arguyó.

En La Moncloa han tomado buena nota de las admoniciones del principal partido de la oposición y de su think tank de referencia y temen que el PP siga su argumentario. Faes acusa a Unidas Podemos de «aprovechar la crisis para desplegar un proyecto ideológico radical y autoritario, que desvela de manera cada vez más explícita su naturaleza antisistema», radicada en el «peor populismo chavista».

Además, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos ya deslizó el lunes que su idea es que el Gobierno negocie los acuerdos como bloque. «Un requisito previo al pacto es la actitud con el que lo afrontamos. Ni los españoles, ni en el resto de Europa, ni las generaciones futuras comprenderían que ningún partido tratase de dinamitar el acuerdo tratando de imponer condiciones que pusieran en cuestión la legitimidad del Gobierno que lo insta, reclama y promueve», advirtió.

Se trataba, según otras fuentes gubernamentales, de una advertencia al PP, después de que Vox, ERC, Bildu y la CUP se autoexcluyeran, por motivos diferentes, de las posibles negociaciones. La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, hizo ayer, desde la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, un llamamiento a los partidos y a los agentes sociales a que se «sumen» a la propuesta que el Ejecutivo está haciendo con «humildad» y «generosidad». A su juicio, la reedición de los Pactos de La Moncloa «necesita una gran concertación que permita una reconstrucción del país» tras la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del coronavirus.

Según el relato que hace el Ejecutivo, esos pactos deberían «diseñar» el modelo de país y proyectarlo «a medio plazo en materia de derechos, libertades, servicios públicos, del valor de lo colectivo», ya que esta crisis «pone en valor cuestiones tan importantes como los servicios universales y los derechos y libertades».

Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, también pone una condición a la búsqueda de un gran consenso: que éste se base en el «constitucionalismo social», como por ejemplo, los artículos de la Carta Magna que defienden la sanidad pública, un sistema fiscal progresivo o el que establece que «el interés general tiene que estar por encima de cualquier interés económico de determinados grupos empresariales». «Creo que hay un gran consenso en España, y es la necesidad de un pacto por lo público», afirmó en una entrevista en TVE. «La historia nunca se repite de manera lineal», y el contexto actual es «muy diferente» al de 1977, apostilló.

En el PP le responden con otra condición: o se bajan los impuestos o no habrá acuerdo. Génova teme que el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos «aproveche la crisis para hacer ingeniería social, o para intentar cambiar nuestra estructura productiva, laboral, económica y financiera». «Lo que queremos es hacer más competitiva y flexible nuestra economía. Que nos rescatemos a nosotros mismos», reiteran en la dirección nacional del PP.

Además, Casado, en una entrevista concedida el domingo a este diario, calificó la oferta de acuerdo como «un señuelo que saca el Gobierno por las malas cifras de la pandemia, para hacer responsables a los demás de que no está siendo eficaz». Y su número dos, Teodoro García Egea, criticó ayer que Sánchez «bautice» los acuerdos que quiere sellar como Pactos de la Moncloa, porque ello implica que «su prioridad es mantenerse en Moncloa sea como sea».

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