Tragedia en Beirut

Los socorristas trabajan contrarreloj en la zona cero de Beirut en busca de supervivientes

Equipos llegados de varios países coordinan su labores de rescate mientras se espera la llegada de más ayuda a la capital libanesa

rescate en las explosiones de beirut

rescate en las explosiones de beirut / periodico

Afp

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las labores de rescate de los socorristas en busca de posibles superviviente sigue hoy en el puerto de Beirut y aledaños, ante la espera angustiosa de los familiares. Es una lucha contrarreloj ya que ha medida que pasan las horas se reduce las posiblidades de encontrar a personas con vida. El última balance eleva el número de víctmas mortales a 154 y en unos 5.000 los heridos. Cerca del epicentro de la deflagración, junto a los silos gigantes de cereales destruidos, los socorristas franceses, italianos, alemanes y de otras nacionalidades coordinan sus esfuerzos.

"Espero que me digan que te han retirado vivo de los escombros, habibi (mi amor)", escribió en Twitter Emilie Hasrouty, hermana de un funcionario del puerto de 38 años, desaparecido en los silos. "He llamado a todas las puertas para tener noticias tuyas y espero que la espera termine pronto, estoy paralizada de miedo", agrega.

Esta mañana se han reuperado cuatro cuerpos. A diferencia de un terremoto, en la catástrofe del puerto, "el epicentro está a pocos metros de nosotros, mientras que en un sismo, suele estar a varios cientos de metros de profundidad", ha declarado el coronel Vincent Tissier, que dirige un equipo de 55 miembros de la seguridad civil francesa. "Las cosas suelen caer por capas por plantas. Aquí todo se ha pulverizado".

Contenedores destrozados

Los socorristas rusos, que se mueven con dificultad por el maíz, realizan sus búsquedas mientras las excavadoras retiran contenedores destrozados. Los equipos de defensa civil libanesa observan con ansiedad un perro que ha dado la vuelta a un cráter que dejó una grúa caída. Una calma angustiosa reina en el puerto, solo rota por los ruidos de la maquinaria que limpia la inmensa planicie de restos, montículos infinitos de hierros retorcidos y desarticulados.

En una capital con aire apocalíptico -las autoridades no han puesto en marcha ningún dispositivo para ayudar a los ciudadanos-, centenares de libaneses están movilizados, en un enorme ola de solidaridad, para proseguir las operaciones de retirada de escombros o ayudar a los que se han quedado sin techo.

Más ayuda

Varios países han enviado material médico y sanitario y hospitales de campaña. La Unión Europea ha desbloqueado 33 millones de euros de urgencia y el ejército estadounidense ha enviado tres cargamentos con agua, alimentos y medicamentos.Se espera que hoy llegue ayuda de Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. En la inmensa ciudad deportiva de Beirut, Rusia ha instalado un hospital de campaña, donde los primeros pacientes empezaron a llegar, ya que los hospitales de la capital están saturados.

Las autoridades libanesas aseguran que el almacén explotó tras un incendio. Las autoridades del puerto, servicios de aduanas y algunos servicios de seguridad sabían que había químicos peligrosos almacenados pero se han echado las culpas unos a otros. Además del nitrato de amonio, el fiscal militar habló de la presencia de "materiales altamente inflamables de combustión lenta", según un comunicado. Dieciséis funcionarios del puerto y de las autoridades portuarias han sido detenidos en el marco de la investigación