TRIBUNALES
Violación múltiple en Callosa

'La manada' de Alicante en prisión: palizas, quemaduras y cortes de pelo

Actualizado

Agentes de la Guardia Civil custodian a uno de los detenidos. E.M.

La vida en la cárcel de los cuatro jóvenes que violaron en grupo y grabaron a una chica de 19 años tras drogarla en Callosa d'En Sarrià está siendo todo menos tranquila. Y muchos menos plácida. Al recibimiento que recibieron con insultos, gritos y amenazas de muerte el día que ingresaron en prisión se suman ahora agresiones físicas.

Según ha podido saber EL MUNDO, han recibido palizas y al menos uno de ellos tiene las manos llenas de quemaduras de cigarro. También le han cortado el pelo. Los golpes que han recibido no han precisado asistencia médica y los jóvenes tampoco los han denunciado. No han delatado a sus agresores para evitar futuros desencuentros y para no ser considerados unos chivatos, lo que podría traerles consecuencias en un futuro con el resto de la población reclusa.

Como ya contó este periódico, a ninguno se les ha aplicado protocolo alguno al entender los profesionales que no cumplen los requisitos para tener la condición de presos protegidos. Eso sí, todos permanecen en un módulo de educación y respeto.

Pero pese a estar ingresados en estas áreas, donde los internos presentan una actitud mucho más tranquila y rehúyen cualquier conflicto que les pueda repercutir en beneficios carcelarios futuros -nadie quiere un expediente-, los cuatro jóvenes han recibido los primeros toques de atención.

No era de extrañar atendiendo a los códigos carcelarios. Los hechos de los que se les acusan contravienen las leyes de la prisión: ni violadores, ni maltratadores, ni pederastas ni asesinos de niños. Y ellos, según las imágenes que ha visionado la juez, son agresores sexuales.

Como novedad, la investigación espera la declaración del agresor más joven, el de 19 años, quien ha solicitado sentarse ante la instructora después de un primer testimonio en el que aseguró que no recordaba nada de lo que sucedió porque había bebido mucho esa noche.

También se está a la espera de ese segundo vídeo que, al parecer, uno de ellos grabó mientras agredían a la chica y que podría suponer un medio más de prueba. En la primera grabación no se aprecian las caras de los agresores por lo que los agentes de la Guardia Civil los identificaron por sus tatuajes y por la ropa que llevaban puesta; unas prendas que se están analizando en busca de restos biológicos.

El segundo vídeo, pues, podría estar grabado desde otra perspectiva y comprometer, todavía más, a los cuatro jóvenes.

No obstante, todavía no se ha incorporado a la investigación. La instrucción será rápida y su final quedará condicionado a las pruebas de ADN.

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