Errejón se alía con Carmena y abre una gran crisis en Podemos

Iglesias lamenta la decisión y le desea “suerte en la construcción del nuevo partido”

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Manuel Carmena e Íñigo Errejón, juntos, en la fiesta del Dos de Mayo del pasado año

Dani Duch

Arde la precaria alianza de las izquierdas madrileñas a cuatro meses de una cita electoral en la que se juega algo más que alcaldías y presidencias regionales. Íñigo Errejón se ha situado fuera de Podemos y ha disparado a la línea de flotación de la política de confluencias que habían tejido trabajosamente Pablo Iglesias (Podemos) y Alberto Garzón (IU) al alcanzar un acuerdo con Más Madrid, la plataforma de Manuela Carmena, a espaldas de ambos partidos.

Errejón anunció ayer por sorpresa y sin pactarlo con la dirección regional ni estatal de Podemos –mucho menos, con sus socios, IU o Equo– que concurriría a las elecciones regionales madrileñas bajo la marca de Más Madrid, la plataforma ideada por la alcaldesa y ajena a Podemos, aunque aliada en la candidatura municipal. En términos de pugna política personal, una jugada maestra: Errejón acorrala a Iglesias al ofrecerle un trágala electoral saltándose las decisiones y los protocolos internos de la formación, incluidas las primarias en las que fue elegido candidato. Lo obligaba a comerse el golpe de mano o a expulsarlo del partido.

Cobraban sentido los rumores que circulaban desde hace semanas en torno a la posibilidad de que Errejón rehusará la candidatura al Gobierno autonómico de Madrid ante unas poco halagüeñas perspectivas electorales. Sus recientes entrevistas, en las que hablaba de su paso por la política conjugándose en pasado, o se presentaba como “profesor”, no como “candidato”, no hacían sino acrecentar los rumores.

Podemos respetará a Carmena en la alcaldía y disputará a Errejón la Comunidad

El anuncio lo hacían Carmena y Errejón mediante una carta conjunta en la que aludían a la necesidad de concitar ilusiones que desborden el marco de los partidos –con una retórica muy similar a la que emplea el ex­president Carles Puigdemont para defender la Crida–: “Existe una mayoría demócrata y progresista que no quiere que nos arrastren al enfrentamiento y el retroceso. Pero una buena parte de esa mayoría necesita un proyecto que renueve su ilusión y confianza en que las cosas se pueden hacer todavía mejor. Para ello hay que abrir y sumar yendo más allá de las siglas”, reza la misiva ­conjunta.

La bomba impactó. La ejecutiva de Podemos permaneció en silencio durante más de diez horas. Planeó la posibilidad de medias disciplinarias contra Errejón por violar los acuerdos adoptados por las bases y los protocolos de conformación de candidaturas. Al final, la decisión de la ejecutiva de Podemos, expresada por el secretario general, Pablo Iglesias, fue “desear suerte” a Errejón “en la construcción de su nuevo partido con Manuela”, y a la vez anunciar su disposición a “hacerse a un lado” y dejar que Manuela Carmena se presente con una lista propia a la alcaldía en la que, si ella lo prefiere así, no haya nadie de Podemos. “Pero, con todo el respeto, Íñigo no es Manuela”, prosigue la respuesta de Iglesias: “En la Comunidad de Madrid y en todos los demás municipios de nuestro país, Podemos saldrá a ganar, construyendo con IU y con el resto de aliados de Unidos Podemos y candidaturas municipalistas de unidad”.

Iglesias, de baja por paternidad, distribuyó el mensaje a través de las redes sociales, y en él confiesa su desazón por la operación planeada en secreto por Errejón a espaldas de Podemos e IU. “No doy crédito a que Manuela e Íñigo nos hayan ocultado que preparaban lanzar un proyecto electoral propio para la Comunidad de Madrid y que lo hayan anunciado por sorpresa. Creo que nuestros inscritos se merecen más respeto”.

El colapso del “espacio del cambio” mejora las expectativas de las tres derechas en Madrid

Garzón, coordinador general de IU, que había permanecido en silencio todo el día a la espera de las decisiones que adoptase la dirección de Podemos, se ratificaba poco después en el acuerdo marco adoptado por IU para coordinar sus candidaturas con Podemos y otras fuerzas de izquierdas de cara a municipales, autonómicas y europeas: “Algunos nunca hemos compartido que la unidad se consiga dividiendo y creando más partidos o plataformas”.

Así las cosas, las dificultades para la izquierda madrileña son máximas. Los sondeos que circulan otorgan a Carmena una primera posición indiscutida, pero con el PSOE como quinta fuerza en la ciudad, Cs de segunda fuerza y Vox y el PP disputando la tercera, las posibilidades de revalidar la mayoría que soporta a la alcaldesa son escasas. La candidata de Ciudadanos, Begoña Villacís, ya ha enviado mensajes de posible entendimiento de las derechas para un relevo en la alcaldía. En la Comunidad, las cosas están peor. De hecho, las malas expectativas electorales son una de las razones que se malician para la decisión del ex número dos de Podemos de abandonar la disciplina del partido y buscar el amparo de Carmena. La derecha madrileña se frota en silencio las manos ante el pastel.

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