Cultura

Luis García Montero dirigirá el Instituto Cervantes

Luis García Montero, en 2015. SERGIO GONZÁLEZ VALERO

El poeta, candidato de Izquierda Unida en 2015, sustituirá a Juan Manuel Bonet

El Instituto Cervantes estrenará mañana, en el Consejo de Ministros, su segundo mandato abreviado consecutivo. Luis García Montero, poeta, catedrático y político ocasional, será nombrado director del organismo que promueve y homologa la enseñanza del idioma y la cultura española en el extranjero. Lo hará un año y medio después de que Juan Manuel Bonet, el director saliente, llegara al cargo. Más o menos, el mismo plazo que queda antes de que España tenga elecciones legislativas y, quizá, haya que volver a empezar.

"La falta de estabilidad no tiene mucha lógica, la verdad", explica un directivo del Cervantes. "Sería estupendo tener una ley como la del Museo del Prado o la del Reina Sofía, tener alguna forma de blindaje que evite estos cambios prematuros".

El primer problema del relevo del Cervantes, por tanto, no es la idoneidad de Bonet o la de García Montero, sino la sensación de que el Instituto no consigue enhebrar un proyecto a largo plazo por decisiones políticas. "Bonet había puesto el énfasis en la cultura y en la idea de que el español no es un fenómeno de España sino de toda la Hispanoesfera. Obviamente, le ha faltado tiempo".

¿Y el nuevo director? Por si alguien no lo conoce, Luis García Montero es un poeta granadino, catedrático de Filología Hispánica en su ciudad, Premio Nacional de Poesía en 1994 y candidato de Izquierda Unida a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2015. "La parte buena es que es un poeta indiscutido que tiene un prestigio", cuenta el directivo del Cervantes. ¿La mala? "Bueno, creo que es difícil encontrar un escritor más significado que Luis García Montero".

¿Y eso es bueno o es malo? "Habrá que ver cuál es su gestión. Yo comparo el servicio que da el Cervantes, que consiste, básicamente, cultura y lengua, y lo comparo con lo que hace el Institut Ramon Llull [el organismo equivalente de la Generalitat de Catalunya] y me doy cuenta de que su función es más propagandística y que haríamos bien en evitar ese papel".

El poeta Luis García Montero, ha admitido en una entrevista con Europa Press que la financiación será uno de los puntos clave de su gestión, porque "para hacer cosas siempre hace falta dinero".

"Esa es la realidad: tras muchos años en la universidad, uno se da cuenta de que lo más poético que hay son los números y las cuentas. Para hacer cosas hace falta dinero y la inversión en cultura es uno de los grandes retos", ha aseverado el escritor granadino.

García Montero ha explicado que recibió la llamada del Gobierno hace "unos días" y pidió tiempo para consultarlo con su familia. Tras dar el sí y "aceptar con gusto" este cargo, finalmente se ha hecho oficial este jueves. "Es un cargo que acepto con mucha responsabilidad y soy consciente de la exigencia del puesto", ha añadido.

El nuevo director del Cervantes ha aclarado que, por el momento, su prioridad es la de "hablar" tanto con el personal de la institución como con los distintos ministerios responsables del Instituto para "conocer las virtudes y defectos que se pueden subsanar", además de "sentarse a pensar que se puede aportar".

García Montero ha tenido palabras de elogio para el anterior dirigente, Juan Manuel Bonet -del que reconoce ser "amigo de la literatura"-, esperando "aprender mucho de la gestión" de esta última etapa. Asimismo, ha insistido en mantener la "despolitización" del Cervantes.

"De eso estoy convencido, a mi me han llamado para una gestión profesional. Tengo mis ideas políticas como cualquier ciudadano y he militado en política, que es muy importante en la convivencia, pero no soy persona de partido del Gobierno y esto me lo tomo como un intento de buscar una gestión independiente de una institución pública", ha defendido.

Preguntado sobre una política de expansión de centros, ha reconocido que una de sus obligaciones es la de "trabajar por el español y su imagen en el mundo", si bien reiterando que acaba de aterrizar en el cargo y deberá esperar para trazar políticas en este sentido. "Como profesor universitario y poeta, he tenido la oportunidad de conocer muchos centros y soy muy consciente de que el español es una de las grandes riquezas de España", ha señalado.

El nuevo director del Cervantes también ha aludido a la "necesaria" colaboración con Latinoamérica para la expansión del español. "El español es un territorio común y, para mi, de las mejores cosas que se han hecho es la decisión de la RAE de hacer el diccionario en diálogo con todas las academias de distintos países donde se habla el español", ha concluido.

La vocación política del autor de Habitaciones separadas no es una sorpresa para nadie. El escritor entró a militar en el Partido Comunista en 1976 y tuvo un papel destacado en la fundación de Izquierda Unida. En 2015 fue candidato de la federación a presidente de la Comunidad de Madrid. Aquel fue el año del estallido de Podemos e Izquierda Unida, que entonces era su competidora, perdió los 13 escaños que tenía en la Asamblea de Madrid. Ese mismo año, García Montero abandonó la Federación Andaluza de IU y buscó su nueva familia en la Federación Madrileña. Nunca ha dejado de escribir de política en prensa, siempre con opiniones muy críticas hacia el PP, Ciudadanos y, muy a menudo, hacia el PSOE.

Hay otra incertidumbre respecto a Luis García Montero: no tiene experiencia en la gestión cultural, como sí la tuvieron sus últimos antecesores. César Antonio de Molina venía del Círculo de Bellas Artes; Carmen Caffarel venía de RTVE; Víctor García de la Concha había presidido la Real Academia Española y Juan Manuel Bonet había dirigido el Museo Reina Sofía. En este punto, hay que recordar que el Ministerio de Cultura ya no está en el patronato del Cervantes. Educación y Exteriores son sus únicas responsables.

¿La buena noticia? "El Cervantes funciona bien y lo normal es que siga funcionando bien. Los profesionales son los mejores que hay y la gestión está muy controlada. Los gastos se vigilan muy bien y hay prestigio en el exterior". El Cervantes cuenta con 87 centros en 44 países de los cinco continentes. En 2018, contó con un presupuesto de 123,9 millones de euros (un 2,8% más que en 2017), cifra que Bonet calificó de "no muy espectacular" y de insuficiente para competir con el Goethe Institut o el Brithish Council. A medio plazo, la política de expansión del Cervantes da prioridad a África, de acuerdo con la estrategia definida por el Ministerio de Exteriores.