El Gobierno reconoce que el sistema de información sanitaria «no ha funcionado bien» durante los peores momentos de la pandemia. Ni ahora. La información que deben entregar las comunidades autónomas sobre contagiados de coronavirus «llega con mucho retraso», aseguran en La Moncloa. Además, el Ministerio de Sanidad ha cambiado varias veces de metodología, lo que produjo cierta sensación de caos entre los gobiernos regionales y un desajuste palmario en las estadísticas. «El sistema nacional no es lo suficientemente ágil», reconocen las fuentes gubernamentales.
Por eso el Gobierno ha pactado con el PP agilizar el sistema de información de pandemias, en un intento de lograr que los datos sobre nuevos casos lleguen más rápido y permitan actuar de manera anticipada, sobre todo en el caso de que se produzcan varios rebrotes de Covid-19 en provincias limítrofes, o simplemente un número elevado de infectados.
Así lo confirman a EL MUNDO fuentes de la negociación, que han pilotado Adriana Lastra y Ana Pastor, con la intervención de dos emisarios de La Moncloa (Félix Bolaño, secretario general de la Presidencia, y José Antonio Montilla, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes) y contactos con el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
«El problema era que el decalaje de los datos impedía actuar antes», ya que, actualmente, un contagiado aparece en las estadísticas oficiales hasta dos semanas después de infectarse por la falta de agilidad del sistema, reconocen en privado en La Moncloa, donde añaden que «cambiar el sistema no será cosa de dos meses», ya que es «muy complicado» revertir las dinámicas de un modelo regional, con muchas diferencias territoriales. En todo caso, el acuerdo de populares y socialistas debería dejar el camino expedito, al menos, en las 15 autonomías que gobiernan.
No así en el País Vasco y Cataluña, donde el agrupamiento de los datos se puede ver como una recentralización. Pero incluso la Generalitat reconoció ayer que en Lérida -donde se ha producido un brote y un confinamiento- existe una transmisión comunitaria de coronavirus desde principios de junio, hace un mes.
Hospitales y CCAA deberán adaptarse al nuevo formato para evitar más retrasos
Aunque el PP se abstuvo en la votación del pasado viernes -y seguirá negociando los últimos flecos con el PSOE y el Gobierno hasta la votación final, dentro de dos semanas-, sí está de acuerdo en esta reforma.
En el documento de conclusiones que llevaron PSOE y Unidas Podemos a la Comisión de Reconstrucción, tras la votación de las enmiendas del Grupo de Trabajo de Sanidad, se estipula ya el compromiso de «avanzar en un Sistema de Información en Salud Pública incardinado en una Red Europea, que facilitará el funcionamiento de un sistema de indicadores relevantes de salud, datos estadísticos y de recursos sanitarios de emergencia». Esto lo ha aceptado ya el Gobierno.
A raíz de este nuevo modelo, «todas las administraciones, centros, servicios y establecimientos tanto del sector público como del privado, así como las personas que desempeñen en ellos su labor, estarán obligados a facilitar la información solicitada por este Sistema de Información en Salud Pública, así como a adaptar sus sistemas de información y registros a los formatos y formas que permitan su tratamiento adecuado».
PP y PSOE han acordado darle una autonomía "especial" al nuevo sistema
En sus enmiendas al dictamen sanitario del PSOE, el PP pidió que el nuevo sistema de información sanitaria «permita registrar, validar, contabilizar y publicar los resultados de todas las actividades sanitarias recogidas por el Fondo de Cohesión y el Fondo de Garantía Asistencial», y que acarree un tratamiento «integrado» de los datos.
El PP demanda «fortalecer con un estatus especial» ese sistema: «La experiencia internacional muestra» que dar autonomía al sistema de información sanitario sirve para «acometer con éxito sus funciones», explican. Esta propuesta, que busca hacer más «horizontal» el sistema sanitario, también se ha consensuado con el PSOE, que la ha aceptado tal cual fue redactada.
Los de Pablo Casado quieren que el nuevo modelo cuente con un «data-lake [un almacén centralizado de datos sin procesar, en bruto] con toda la información del Sistema de Salud que servirá de base fundamental para la atención sanitaria».
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