CIUDAD ON

Dónde probar la Realidad Virtual en Barcelona

Cuidado, que ya te puedes topar con más hecatombes que Bruce Willis en la saga de 'La jungla de cristal'. Se multiplican los Arcade VR donde jugar con gafas virtuales. Salva el mundo antes de cenar

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Ana Sánchez

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Barcelona empieza a parecerse a Matrix: se impone estar en algún mundo virtual. Se extienden los VR Arcade: locales donde ir a jugar con gafas de Realidad Virtual (VR, por sus iniciales en inglés). Solo en la ciudad hay seis centros y abrirá un séptimo en marzo. Y lo que está por venir. Es un mercado, dicen, aún por explotar.

1. Red Helmet Experience

La hiperrealidad 

Aquí hablan de monstruos con el mismo tono rutinario que los niños de Stranger things. «Tienes 15 balas», dicen. Y te dan una metralleta que ya quisiera Rambo. «Tarda un segundo en recargar», te tranquilizan solo hasta que terminan la frase. «Un segundo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte».

Te llevan a una habitación verde chillón. Como si fueras Neo en una antesala de Matrix. Te cuelgan un ordenador-mochila, te ponen las gafas. Y apareces en un almacén que daría dentera hasta a Iker Jiménez. Ves a tus amigos reconvertidos en supervivientes del apocalipsis, con ropa de comando y máscaras de gas. Así que haces lo que haría cualquier ser humano en esas circunstancias: agitar los brazos compulsivamente como si bailaras a lo Leonardo Dantés y disparar a tus amigos a ver qué pasa. Te queda claro que la raza humana no tardará en extinguirse.       

«Acordaos del segundo de vida o muerte», escuchas al oído. Anna, la que te ha dado el arma, te va dirigiendo en la distancia, en plan misión militar. Agarras el arma con la veteranía que da haber visto toda la saga de La jungla de cristal y empiezas a matar… ¿pero qué es eso? En cuestión de segundos te verás blanco- transparente. «¿¿Soy un fantasma??». Menos mal que aquí resucitas más veces que Chanquete en TVE.

«Lo llamamos hiperrealidad», explica Álvaro Gámiz. «Porque va un punto más allá de la Realidad Virtual –añade–: controlas el movimiento virtual con el movimiento real». Es decir, que caminas por una sala verde chillón de 64 metros cuadrados mientras matas monstruos en un almacén o sobre el techo de un tren. 

Álvaro y Rubén Bernal abrieron Red Helmet Experience el pasado octubre. De momento, es el único centro de la ciudad donde te puedes mover sin cables por el mundo virtual. (En Terrassa está Zero Latency, que abrió en diciembre). También son los únicos que tienen juego propio. «La idea es ir actualizándolo cada mes y, cada cuatro meses, tener uno nuevo», adelanta Álvaro.

Hasta cinco personas a la vez pueden liarse aquí a tiros. A partir de 13 años. Cuesta 32 € por jugador (25,92 € con promoción). Incluye 35 minutos con metralleta. Una hora de experiencia en total. (Tienen otros dos espacios de juegos VR con cable). Tarragona, 114, local 15.  redhelmetvr.com


2. Lostroom

El primer 'escape room' con Realidad Virtual

No es un centro de Realidad Virtual, sino de escape rooms. Pero fue el primer local de Barcelona donde te podías enfundar unas gafas VR: desde el 2015. Aún sigue convirtiendo a sus clientes en cyborgs espaciales. Cosmos fue el primer escape room con Realidad Virtual del mundoescape room, sacaba pecho Yuri Popov, su ideólogo, cuando lo estrenó hace cuatro años. Ahora tienen un segundo escape con gafas, Secuestro virtual, y sacarán un tercero próximamente. También hacen combates de Realidad Aumentada. Una hora, 2-6 personas, entre 14 y 21,50 € (depende de los jugadores). Roger de Flor, 89. lostroombcn.com


3. Vive Virtual

El Arcade VR más veterano de BCN  

Te montas en un ascensor y subes al ático con la típica musiquilla de fondo con la que entran ganas de hablar del tiempo. Hasta que se abren las puertas y te empiezan los sudores fríos. Ahí delante solo hay una tablita de madera que da al vacío entre rascacielos y pajaritos. ¡160 metros de caída! Das un pasito a tientas, paras, te lo piensas. Si te ven desde fuera, te confundirían con Chiquito.

Una persona tuvo que quitarse las gafas para ir corriendo al baño, te cuenta Amparo. «Yo lo he probado seis o siete veces y no he sido capaz de hacerlo», te confesará cuando te haya dejado estrellarte contra el suelo. También te dirá que una señora de 80 años se tiró al vacío sin titubear tanto como tú.

Amparo Valdivia es una veterana en Realidad Virtual. «Soy la atípica», se ríe. «La única mujer y cincuentona». Es una Wikipedia andante. Lleva en esto dos años y dos meses, que en VR es como hablar del Pleistoceno. Abrió un pequeño centro con dos gafas. «Porque no sabíamos cómo iba a funcionar –recuerda–. Al cabo de tres meses, ya vimos que nos habíamos equivocado». Les empezaron a llegar cumpleaños, grupos, la gente repetía. Y se pusieron paralelamente a montar franquicias (tienen dos), incluso formación para centros VR Arcade. Acaban de llegar a un acuerdo con un dispositivo que te pones en el pie –Virtual Feet– con el que podrás moverte dentro del juego caminando físicamente en el sitio.

Ahora quieren abrir un local más grande con simuladores. «Tener un coche, una moto, un medio huevo con el que vas en un tobogán por Londres», cuenta. En breve también esperan implantar un cine de Realidad Virtual: te pones unas gafas sobre una silla giratoria y ves una película desde dentro. Ya hay microexperiencias con las que hacerse una idea: puedes pedir una marina en la que te pasa rozando una ballena. Lo que se avecina, prevé, son los parques VR.

Amparo te pone ahora delante una montaña de chucherías. Te entra caries solo de mirarla. La empiezas a escalar mientras otros jugadores online te saltan por encima. «Los adultos se lo pasan mejor que los niños», asegura. Das fe. 

Desde 7 €, 10 minutos, hasta una hora, 31 € (por persona). Comte Borrel, 294. vivevirtual.es


4. eSports Center

Salón recreativo 3.0 

«Si os tiran un hacha, agachaos», te advierte Víctor antes de darte un arco virtual. En unos segundos estarás defendiendo un castillo en plan Robin Hood. Al día siguiente podrás decir que tienes agujetas de disparar flechas a orcos.

Es el juego estrella de eSports Center. Ahora entiendes a los elfos de El señor de los anillos: es bastante adictivo eso de disparar a orcos desde un torreón. Aunque Víctor te facilitará todo un arsenal para matar cualquier otro tipo de engendros. ¿Pistolas, granadas, metralletas?

Víctor Valenzuela es uno de los socios. Las ojeras no son por los zombis, sino por un bebé. Solía ser mecánico de aviones antes de matar muertos vivientes con la parsimonia de The walking dead. Ahora sigue haciendo volar a la gente, pero sin avión.

«Ven a vivir una experiencia virutal», incita la web. El centro es fácil de reconocer: es el que advierte en la puerta «Do not open. Zombis». Se estrenó hace poco más de un año. Fue el primero de Barcelona que sumaba a la Realidad Virtual simuladores de conducción, anunciaba entonces Víctor. Vendría a ser un salón recreativo 3.0, pero en vez del clack clack del futbolín, se oyen gritos de peli de terror y más «¡¡me han mataaado!!» que en Juego de tronos.

Hay una «arena VR», así la llaman ellos.  Un cuadrilátero delimitado por columnitas de las que cuelgan cuatro gafas. «Tenemos otras cuatro en El Corte Inglés de Cornellà», detalla Víctor. Hay también dos simuladores de conducción –esta semana les han añadido también gafas VR–, 8 Plays y mesitas donde tomar algo entre batalla y batalla. Venden bebidas, gofres y quieren añadir perritos calientes. 

Precio medio por persona: 25 € la hora. Consell de Cent, 481. esportscenter.es


5. Virtua Barcelona

10 puntos VR y máquinas Arcade 'vintage'

«¿Qué tengo que hacer?», preguntas al entrar en una habitación a oscuras con la misma inconsciencia que una rubia a punto de ser asesinada en una peli de Scream. «Tienes que morir», escuchas por el altavoz de tus gafas. «Viene a por ti nuestro dentista». Y ves a un tipo con pinta de asesino acercarse con un taladro. Y pegas un brinco. Alguien te ha tocado la boca. En el mundo real 

«Vosotros disfrutáis mucho con esto, ¿verdad?», preguntas al aire. «Sí, la verdad es que sí», responde Omar. Omar Rodríguez es uno de los socios del centro. No te fíes: su sonrisa es directamente proporcional a la intensidad de los sustos que pega. No tendrá ningún reparo en soltarte entre arañas gigantes. En cuestión de minutos, te tira al vacío (es un hit de los VR Arcades), hace que te atropelle un bus y te entierra vivo. 

 Hace más de un año que abrieron el centro de Les Corts con  cuatro puntos VR. Acaban de sumar un segundo local en el Eixample con dos plantas y seis gafas. «No dábamos abasto allí arriba», dice Omar. En este han incluido una salita con mesa para cumpleaños. En breve traerán máquinas Arcade, de las vintage.  

Te miras las manos y ahora tienes dos sables láser, a lo Star wars: rojo y azul. Como si no te decidieras si ser jedi o rendirte al lado oscuro. Es un juego nuevo: Beat Saber. «El Guitar Hero de los sables láser», lo llaman. Hay quien dice que ha perdido jugando 65 kilos en dos meses. Aeróbico y divertido a partes iguales. 

Omar también te ofrecerá dar una vuelta por la Estación Espacial Internacionalpintar un cuadro desde dentro o esquiar entre ciervos.

Te quitas las gafas y te aseguras de que tienes todos los dientes en su sitio. «¿Ahora quién te dice a ti que no estás en Matrix?», te cuestiona Omar. «Si han conseguido hacer todo esto en tres años…».

29 minutos por 15 €; 59 minutos, 24 euros. Viladomat, 95 y Taquígraf Garriga, 51www.virtuabarcelona.com