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Cristina Kirchner se cansa de Alberto Fernández y le lanza un ultimátum público: "Que honre la voluntad del pueblo argentino"

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Tras varios días de silencio, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo en la noche de este jueves una furiosa entrada en escena para desafiar en público al presidente Alberto Fernández

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner comparecen ante los medios después de la dura derrota electoral de este domingo.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner comparecen ante los medios después de la dura derrota electoral de este domingo.MAXIMILIANO LUNAAFP

Tras varios días de silencio, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo en la noche de este jueves una furiosa entrada en escena para desafiar en público al presidente Alberto Fernández y profundizar el culebrón político que mantiene en vilo a los argentinos desde la contundente derrota del peronismo en las elecciones primarias del domingo.

El párrafo final de la extensa carta es un emplazamiento en toda regla al jefe del Estado, que según la descripción de los hechos de la número dos del gobierno hace caso omiso a sus pedidos y consejos. El enojo de la viuda del presidente Néstor Kirchner pasa, todo parece indicar, por su impotencia ante un Fernández al que domina menos de lo que querría. Y entonces decidió blanquear la situación y poner las cartas sobre la mesa.

"Cuando tomé la decisión, y lo hago en la primera persona del singular porque fue realmente así, de proponer a Alberto Fernández como candidato a presidente de todos los argentinos y las argentinas, lo hice con la convicción de que era lo mejor para mi Patria. Sólo le pido al presidente que honre aquella decisión... pero por sobre todas las cosas, tomando sus palabras y convicciones también, lo que es más importante que nada: que honre la voluntad del pueblo argentino".

La dos veces presidenta eligió en mayo de 2019 a Fernández como candidato a presidente y se reservó para sí el segundo lugar de la fórmula. Los desacuerdos entre ambos desde la asunción en diciembre de 2019 eran entre sospechados y evidentes, pero los acontecimientos de esta semana pusieron negro sobre blanco la situación: Fernández de Kirchner obligó a presentar su renuncia a sus leales en el gobierno, entre ellos siete ministros, y dejó a Fernández en una difícil situación. En la carta explica por qué.

"Como no soy mentirosa y mucho menos hipócrita (nunca digo en público lo que no sostengo en privado y viceversa), debo mencionar que durante el año 2021 tuve 19 reuniones de trabajo en (la residencia presidencial de) Olivos con el presidente de la Nación. Nos vemos allí y no en la Casa Rosada a propuesta mía y con la intención de evitar cualquier tipo de especulación y operación mediática de desgaste institucional".


"En las primeras 18 reuniones, la última de ellas el 07/09/2021, siempre le plantee al presidente lo que para mí constituía una delicada situación social y que se traducía, entre otras cosas, en atraso salarial, descontrol de precios -especialmente en alimentos y remedios- y falta de trabajo, sin desconocer, obviamente, el impacto de las dos pandemias: la macrista primero y la sanitaria a los 99 días de haber asumido el gobierno. Igualmente siempre remarqué la falta de efectividad en distintas áreas de gobierno".

La carta pública de Cristina llegó después de dos hitos del escándalo en el que se revuelve el peronismo.

Primero se conoció un audio de la diputada ultrakirchnerista Fernanda Vallejos en el que calificaba al presidente de "okupa", "enfermo", "mequetrefe", "ciego" y "sordo", de "payaso" a su jefe de Gabinete y de "manga de inútiles" a los altos cargos de Fernández en general.

"Este señor no tiene ningún mérito, está gracias a Cristina, que es la representación de la voz del pueblo argentino", añadió la diputada en el audio de once minutos y medio de duración que sacudió las señales de noticias.

A esa altura, Fernández llevaba un día entero de silencio, sin reaccionar al desafío de la vicepresidenta. Los medios de comunicación hervían en especulaciones mientras se conocía que el presidente desistía de su viaje a México para la Cumbre de la Celac y a Nueva York para hablar ante la asamblea general de las Naciones Unidas.

Finalmente, Fernández habló. Primero lo hizo por twitter: "He oído a mi pueblo. La altisonancia y la prepotencia no anidan en mí. La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido".

Y luego se extendió, con más sinceridad, en declaraciones al diario Página 12, al que utilizó como altavoz para que su vice lo escuche: "Ella me conoce, sabe que por las buenas a mí me sacan cualquier cosa. Con presiones, no me van a obligar".

"Tiempo al tiempo. El que se apura se equivoca", añadió el presidente. Poco después, la ex presidenta le dejó en claro que no le sobrará ese tiempo que se está tomando para decidir qué hace con los ministros renunciantes y con su gobierno en general.

Fernández de Kirchner hizo evidente su profundo enojo por la derrota en las elecciones primarias, en las que el peronismo cayó en 17 de los 24 distritos del país y quedó nueve puntos abajo de la coalición opositora Juntos por el Cambio.

"También señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez... me cansé de decirlo... y no sólo al presidente de la Nación. La respuesta siempre fue que no era así, que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar "muy bien" las elecciones. Mi respuesta, invariablemente, era 'no leo encuestas... leo economía y política y trato de ver la realidad'".

"Sin embargo ahora, al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada, fingiendo normalidad y, sobre todo, atornillándose a los sillones. ¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se sepa la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?".

Ya entrada la noche del jueves en Buenos Aires, Fernández no había reaccionado a la diatriba de su vicepresidenta, que incluyó un filoso ataque al portavoz de la presidencia, Juan Pablo Biondi, quizás el hombre de mayor confianza de Fernández.


"A propósito de la categoría de funcionarios que no funcionan... el vocero presidencial escaparía a aquella clasificación. Es un raro caso: un vocero presidencial al que nadie le conoce la voz. ¿O tiene alguna otra función que desconocemos? ¿La de hacer operaciones en off por ejemplo? Verdadero misterio".

La crudeza y la inusual sinceridad de la segunda autoridad del Estado, en abierto desafío y discordancia con el presidente, recibió fuertes críticas en una Argentina que acumula 114.000 muertes por la pandemia del covid-19, una inflación anual superior al 50 por ciento y una tasa de pobreza que ronda el 45. Hubo, sin embargo, cristinistas acérrimos que celebraron la carta y que la ex presidenta por fin "se le plante" al hombre al que le abrió el camino a la presidencia.

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