El Ejecutivo confirmó hoy la disposición de PNV y EH Bildu a negociar los Presupuestos de 2021, que los dos grupos ya habían avanzado, y su voluntad también de ayudar al Gobierno en el plan de reformas que pretende impulsar durante este curso político. Antes del verano daba la impresión de que toda la acción de Moncloa se volcaría en iniciativas para paliar el impacto económico y social de las crisis del coronavirus. Pero la aprobación del calendario legislativo de este periodo ha evidenciado que el Ejecutivo no orilla totalmente su proyecto político. Como ejemplo la ley de Memoria Democrática, cuyo anteproyecto el Consejo de Ministros ya ha aprobado en primera lectura, o el impulso a la reforma del Código Penal para modificar la el delito de sedición.
Con el propósito de testar el grado de interés de los grupos por negociar los Presupuestos, pero también el resto de asuntos, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, mantiene reuniones con todos los partidos, a excepción de Vox, que no atiende ninguna llamada del Gobierno. Hoy fue el turno de los dos grupos vascos.
Con el PNV el Ejecutivo sabe que no existen problemas. La relación es muy fluida y, tanto en Bilbao como en el Congreso, los nacionalistas vascos siempre tienen muy buena información de los pasos que da el Ejecutivo de coalición. De hecho, su portavoz, Aitor Esteban, ratificó «la predisposición» del PNV «al diálogo y al entendimiento».
Hoy, según las fuentes consultadas, entre los temas abordados figuró el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que el PP se niega a negociar con el Gobierno por el rechazo de Unidas Podemos a la Monarquía. Y que se trate con el PNV puede tener su importancia porque la vía del acuerdo con el PP está cegada pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevistara en TVE, anunció su intención de «articular mayorías parlamentarias que permitan el desbloqueo de las instituciones». Matemáticamente sería posible porque los tres quintos de la Cámara que se necesitan para renovar el CGPJ se logran con los votos de todos los grupos, menos PP y Vox. Pero por citar algunos inconvenientes, Ciudadanos está radicalmente en contra de este sistema de elección del órgano de gobierno de los jueces y además habría que sumar a grupos tan dispares como UPN y la CUP.
Con Bildu la reunión fue igual de bien. Desde que a raíz de las negociaciones para la investidura el PSOE normalizó la interlocución con el partido que dirige Arnaldo Otegi, el canal está abierto y los abertzales se muestran dispuestos a dialogar.
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